El incremento del autoconsumo fotovoltaico en este último año, con respecto al 2019, ha sido de un 30 % según datos de UNEF. Las cifras apuntan a que la mayor potencia instalada en esta modalidad corresponde al autoconsumo industrial. Y este hecho se produce en gran parte porque la actividad industrial se da en horario diurno, donde el ahorro es obvio e inmediato.
Por otra parte, el mercado residencial abarca el 19% del total de la potencia instalada en 2020 bajo la modalidad de autoconsumo. En el confinamiento afloraron las instalaciones debido al uso intensivo de electricidad en el domicilio. El ahorro que supone en la factura eléctrica y la relajación de ciertas normativas para su tramitación hicieron que aumentara notablemente este tipo de instalaciones.
No obstante, pese a tener una regulación que define los procedimientos de conexión y reparto de energía para proyectos de autoconsumo colectivo, lo que se suponía desde abril de 2019 que iba a ser una revolución como elemento disruptivo en nuestro modelo de mercado eléctrico, sigue en ciernes y con más nubes que claros. Es un hecho que todos los comienzos son difíciles y que la gestión o desarrollo de un proyecto de autoconsumo colectivo implica la integración de diferentes actores.
¿Cuáles son los inconvenientes del autoconsumo compartido?
Pero independientemente de la naturaleza, un proyecto de autoconsumo colectivo implica formación, análisis, trabajo y coordinación. Muchos son los que señalan como imposible la instalación de autoconsumo colectivo en una comunidad de propietarios. Los motivos son diversos;
- Dificultad de entendimiento entre las partes
- Desconocimiento de la normativa
- Desconfianza en las grandes eléctricas por verse éstas amenazadas ante el enorme potencial de este modelo de generación
Desde la publicación del RD 244/2019 muchos expertos del sector, apuntaron varias mejoras necesarias para la implantación con éxito de proyectos de autoconsumo colectivo. Entre las más demandadas estaban: el incremento de 500 metros como distancia entre generación y consumo, y el cambio de coeficientes estáticos a dinámicos.
El pasado 5 de abril el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico presentaba el ‘’Proyecto de orden por la que se modifica el Anexo I del Real Decreto 244/2019, para la implementación de coeficientes dinámicos de reparto en autoconsumo colectivo’’. Esta posible modificación implica grandes beneficios para el despegue definitivo del autoconsumo colectivo. Sin embargo, no se ha tenido en cuenta que los usuarios finales lo último que desean es hacer estimaciones de reparto horario a un año vista, lo que implica un trabajo tedioso y complicado.
Por ello desde Atersa consideramos que es crucial garantizar el acceso y derecho de la ciudadanía a poder generar, vender, almacenar y compartir la energía autogenerada. Al menos así lo resalta la normativa europea en la Directiva UE 2018/2001 Art. 21:2 a).
La sociedad actual precisa un modelo accesible y realmente dinámico. Si se fijan estos coeficientes de reparto o no se diseñan adecuadamente, los excedentes a la red aumentan considerablemente y por tanto no estamos realizando un uso eficiente de la instalación.
Ejemplo de autoconsumo en un bloque de viviendas
Sin entrar en detalles, podemos suponer un autoconsumo colectivo compuesto por varios vecinos de un bloque de viviendas, varios bajos comerciales y un instituto. Si fijamos el reparto de generación (y excedentes), debido a los horarios propios de un comercio o un colegio, habrá disparidades horarias en cuanto al consumo y por tanto, la producción asociada a los vecinos del bloque se inyectará a la red en horario diurno, pudiendo aumentar el ratio de autoconsumo en el instituto o en los bajos comerciales.
La mejor solución para optimizar las instalaciones colectivas y por tanto para implementar unos coeficientes dinámicos es compleja de desarrollar. Se debe estudiar y formular para maximizar los beneficios energéticos y económicos de los distintos autoconsumidores. Las garantías de reparto y gestión de la energía tienen que ser claras. Esto pasa por tener un acceso a los datos de consumo y generación transparente y sencillo. Las Distribuidoras deben proporcionar a las Comercializadoras la información correspondiente de cualquier CUPS en cualquier momento. Y el consumidor final, sin extrañas piruetas, debe tener acceso a esa información. La digitalización del sector puede ser una herramienta muy útil, si se usa de manera responsable, para impulsar una gestión energética justa y eficiente.
Recientemente, se ha publicado desde el IVACE una línea de ayudas dirigidas a Comunidades Energéticas. Este tipo de entidad jurídica favorece el modelo distribuido de energía, empoderando a los miembros de la comunidad en su forma de gestionar la energía. El autoconsumo colectivo se debe situar como palanca de transición energética en sectores industriales, ayuntamientos, municipios rurales, urbanizaciones y comunidades de propietarios. No hay más tiempo que perder.
Si deseas más información acerca de autoconsumo colectivo o autoconsumo compartido y no sabes por dónde empezar, en Atersa te ayudamos a llevarla a cabo ofreciéndote un proyecto llave en mano. Proporcionamos una solución a medida para cada necesidad y convertimos tu idea en una realidad.
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