El sector de la edificación en su conjunto supone aproximadamente el 30% del consumo de energía en España, según datos publicados en la Estrategia para la Rehabilitación en el Sector de la Edificación en España (actualizado en junio 2020).
Existe una nueva forma de construir que pretende cambiar esto, apostando por viviendas con una menor demanda energética y que cubran sus necesidades mediante fuentes renovables, logrando unos impresionantes ahorros energéticos sobre todo gracias a los paneles solares.
Hablamos de las casas pasivas o Passivhaus. ¿Son una moda o realmente logran el ahorro energético que prometen?
Qué es una vivienda pasiva.
Las casas pasivas son viviendas en las que se aplican una serie de principios arquitectónicos junto con el uso de energías renovables y una alta eficiencia energética. Como resultado los edificios pasivos demandan mucha menos energía para mantener el mismo nivel de confort interior. Esto supone un importante ahorro energético al compararlos con edificios construidos de forma tradicional.
Con la intención de estandarizar este tipo de construcciones, en 1991 nació en Alemania el estándar Passivhaus, el cual se ha extendido por todo el mundo. Este estándar define una serie de principios que deben cumplir los edificios para lograr un bajo consumo energético (que explicamos a continuación), convirtiéndose en el estándar de eficiencia energética más exigente que existe. Así se asegura al usuario final que su casa realmente se comporta de forma pasiva.
Los 5 principios del estándar Passivhaus.
Como decíamos, este estándar gira en torno a 5 principios para asegurar el confort interior de la vivienda a la vez que se logra un mínimo consumo energético en los edificios.
Estos 5 principios son los siguientes:
Excelente aislamiento térmico.
Toda la envolvente del edificio debe tener una baja transmitancia térmica. Dependiendo del clima local se deberá optimizar el espesor del aislante, algo que ofrece beneficios tanto en invierno como en verano.
Ventanas y puertas de altas prestaciones.
Con el aislamiento asegurado, los “huecos” de la envolvente del edificio (puertas y ventanas) es donde se pueden producir las principales pérdidas. Para evitar esto hay que prestar especial atención a la ubicación de puertas y ventanas así como la utilización de carpinterías de muy baja transmitancia térmica con doble o triple vidrio. Esto ayudará a mantener el calor en el interior en invierno y fuera en verano.
Ausencia de puentes térmicos.
Las zonas como esquinas, juntas o ejes de la vivienda pueden ser foco de transmisión de energía, lo que puede producir pérdidas o ganancias no deseadas. Además, la diferente temperatura superficial que pueden tener estos elementos favorece la aparición de humedades, moho, etc. Por lo tanto habrá que construir sin puentes térmicos, por ejemplo asegurando la continuidad de la capa de aislamiento, cuidando las juntas constructivas, etc.
Hermeticidad al aire.
Las corrientes de aire no deseadas restan confort en el interior, producen pérdida de eficiencia en climatización o incluso aparición de condensaciones. Para evitar esto la envolvente deberá ser lo más hermética posible, realizando la ventilación de forma mecánica.
Ventilación mecánica con recuperación de calor.
Este sistema aprovecha el calor generado en el interior de la vivienda para precalentar el aire de renovación, de forma que la energía necesaria para acondicionar los espacios es mínima.
Passivhaus plus y premium.
Estos 5 principios que acabamos de mencionar deben asegurar que la demanda energética de la vivienda sea mínima, manteniéndose por debajo de unos valores de referencia marcados por el estándar. Las viviendas que lo cumplan obtendrán la certificación Passivhaus clásica.
Pero éste no es el único nivel de certificación que existe. Hay otros dos niveles que aumentan todavía más el listón al incluir otras dos variables: demanda y generación de energía renovable.
En este sentido, la certificación Passivhaus Plus incluye como requisitos que la demanda de energía renovable sea menor de 45 kWh/m²a, y la Generación de energía renovable será al menos 60 kWh/m2.
Por otro lado, el nivel Passivhaus Premium incluye como requisitos una demanda de energía primaria renovable menor a 30 kWh/m²a y una generación de energía renovable al menos de 120 kWh/m2.
Se puede observar por tanto que la excelencia en cuanto a viviendas pasivas se logra con la combinación de energías renovables junto con la aplicación de los pilares Passivhaus. De hecho y observando las cifras, estas viviendas logran generar más energía de la que consumen, siendo totalmente autosuficientes.
Cómo la energía solar puede mejorar las viviendas pasivas.
Como hemos visto, los edificios pasivos pueden reducir en un 75% las necesidades de calefacción y refrigeración si las comparamos con una vivienda de construcción normal. Esto ofrece una gran oportunidad a la incorporación de renovables a la vivienda, como la energía solar fotovoltaica que junto a la energía solar pasiva puede cubrir la demanda de la vivienda con un bajo coste económico y ambiental.
Por lo tanto, el ahorro energético con placas solares en combinación con el estándar de las casas pasivas es muy importante.
Mínimo consumo energético, máxima sostenibilidad.
La principal ventaja que se obtiene al incorporar energía solar a una construcción pasiva es que, gracias a la baja demanda de éstas es muy sencillo poder cubrir las necesidades de la vivienda.
Según la Directiva europea 2010/31/UE, a partir del año 2020 los edificios de nueva construcción deberán ser de consumo energético casi nulo (nZEB – nearly Zero Energy Buildings), es decir, edificios con baja demanda energética, alta eficiencia y en los que una gran parte de la energía requerida debe ser procedente de fuentes renovables in situ o en el entorno.
Autoconsumo.
Dadas las características de las viviendas que hemos comentado a lo largo de este artículo, las casas pasivas permiten alcanzar de forma mucho más sencilla la autosuficiencia energética al acompañarlas de energías renovables.
El aprovechamiento de la energía solar pasiva junto con la instalación de un sistema de energía solar fotovoltaica (u otras fuentes renovables) podrá ser suficiente para abastecer energéticamente a la vivienda.
De hecho, en las certificaciones Passivhaus plus y premium se exige que la vivienda sea capaz de generar más energía de la que necesita, haciendo que los edificios sean autosuficientes. Si además tenemos en cuenta que la normativa actual de autoconsumo ofrece más facilidades para verter a la red la energía sobrante, la combinación de ambos elementos (renovables-construcción pasiva) es muy atractiva.
Si quieres saber más sobre autoconsumo y autoconsumo compartido puedes visitar este otro post.
Más que una moda: el futuro de la construcción.
Esta claro que no hablamos de una moda ni de una corriente pasajera. De hecho es casi una necesidad, un cambio en la forma de construir que cada vez es más necesario debido a la situación ambiental actual y la amenaza del cambio climático.
La aplicación de estos principios arquitectónicos y su combinación con fuentes de generación renovables in situ es el futuro hacia el que tenemos que caminar. Si eres profesional de la arquitectura o la construcción y necesitas más información sobre aplicaciones solares, no dudes en contactar con nosotros.